Como cada verano, ya se están retirando las redes de protección de las playas. Al fin parece que los veraneantes se retiran y ya se pueden quitar las barreras que los contenían en las playas. Ya pueden las medusas campar a sus anchas y ocupar ese espacio cedido temporalmente al turista estival. Ahora, antes de terminar su existencia, seguirán filtrando y limpiando el agua que aquellos (y otros) ensuciaron.
